Pues no he tenido tiempo de contaros nada del viaje pero hoy he decidido hablaros de uno de los sitios a los que fuimos a comer en Barcelona y es que… nuestros cuatro días en la ciudad fueron visitas, fotos, tiendas, sol, cañas y sobre todo buena comida.

Nos dejamos aconsejar por unos expertos… Mr. Wonderful. Angi nos hizo una guía gastronomica especializada y acertó en todo aquello que nos recomendó… Os iré hablando poco a poco de muchos de los sitios a los que fuimos gracias a ella.

Uno de ellos fue KILO, un restaurante con mucha personalidad, que abrió en tiempos de crisis y que llena la tripa cada día a mucha gente. Y nosotras nos dejamos caer por la calle Balmes, en el número 165 concretamente. El local llama la atención ya desde fuera con esa decoración tan bonita y cuidada, muy rústica, parece que te han traido el pueblo al centro de Barcelona, pero no un pueblo cualquiera, un pueblo bonito, cuidado, «mono».

Foto superior: Arberas Ruso Photo (aquí)

Pero como bien sabéis no vale con que te conquisten sólo con la vista … que es el primer paso para que te aventures a entrar en cualquier local… Tienen que ganarte luego con la comida. Y sinceramente… lo consiguieron. Pedimos el menú del día y nos encantó. El servicio fue muy atento y ya dejamos bien clarito en el libro de firmas que si era en un sitio así … a nosotras no nos importaba «un kilito de más». Y en ese libro nos encontramos otra firma muy especial:

Pues nada que a todos los que os paséis por la Ciudad Condal… os dejamos esta sugerencia gastronómica. El precio es totalmente asequible (os lo dicen dos estudiantes que volvieron con 5 kilos de más y con pocos euros menos) y os va a encantar… además, como ellos mismos dicen «Las cosas del corazón, mejor acompañadas de un buen jamón» o «fiestas sin vino, no valen un comino».

Para ver quién y cómo decoraron el local… entra aquí que os lo cuentan todo en un vídeo chulísimo… y aquí también.

Y para ver el Facebook del restaurante, llamar o saber algo más… aquí.

Mua!

Á.